Ajo y Agua, la versión Alfa
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by darbel
- 11julio 2013
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Al ver el juego de cartas Ajo y Agua quizás os preguntáis cómo surgió la idea, el diseño, los personajes… Hubo una vez en que nosotros también nos hicimos esas mismas preguntas, y con libreta y lápiz de culo rojo esbozamos palabras, cifras y dibujos de lo que sería nuestro primer juego.
Este es el primer artículo, y espero que no sea el último, de una serie de posts relativos a cómo una idea se transforma poco a poco, en un producto acabado.
En este Post me centraré en la parte física, las cartas de Ajo y Agua, os las mostraremos cómo eran en sus inicios, en las partidas de prueba y proceso de testeo del juego.
Antes de ponernos a recortar y dibujar, las primeras partidas surgieron en forma de cifras, tachones en un papel y muchos quebraderos de cabeza, simular jugadores con fichitas y garbanzos y preguntas del estilo: ¿Qué pasaría si…?
Cuando empiezan a funcionar las cuentas del juego en el papel y parece que más o menos funciona el sistema más básico del juego, te ves en una encrucijada, dirigirte a la biblioteca más cercana en busca de un tratado de estadística o preparar una versión alfa de tu juego para probar cientos de veces y así comprobar los fallos.
Aunque controlásemos de estadística y matemática, que no es el caso, creímos más adecuado probarlo en vivo y en directo, ya que el propio juego tiene un factor astucia/engaño (o como queráis llamarlo) muy importante y así veríamos de primera mano, las reacciones del público ante el juego.
Esta fase de la creación es lo más parecido a ser un científico que prueba con cobayas salvajes. Escoger un nutrido grupo de personas de diversos perfiles, jugones, inexpertos, habladores, callados..etc encerrarlos en una sala con el juego y ver que pasa. Hubo suerte y no hubo heridos ni sucesos de índole catastrófica. La verdad que la disposición de amigos, amigos de amigos y jugones aventureros fue extraordinaria, y el juego no sería el que es, sin la ayuda de nuestros fieles y queridos testers.
Y aquí es cuando entra en acción nuestra primera baraja Alfa de Ajo y Agua, hecha en cartulina de papelería de colores, realizada a mano con boli Bic y recortada manualmente con tijeras de punta redonda…vamos…única.
A cualquiera no le puedes engañar para jugar a un juego con una baraja semejante, así que las cartas de Día llevan hasta dibujitos, las identidades ocultas tienen un carácter que recuerdan ya a las cartas finales…Eso si, los blasones o cartas de Noche eran figuras geométricas, por simpleza, para que no se notase demasiado las diferencias al estar hechas a mano y por rapidez en su realización.
Podríamos haber impreso una baraja completa con gráficos chulos y acabado profesional, pero creemos que es importante tener un control del gasto de dinero desde el primer momento si quieres que pueda ser rentable y nuestros amigos testerianos no le pusieron demasiadas pegas a ser el «Conde del Cuadrado» o la «Condesa del Círculo». Aquí la ambientación vampírica ya la teníamos muy clara.
Las cartas de Noche de Inocente eran siluetas típicas del 28 de Diciembre y por aquel entonces no había ni Carta de Anfitrión. Me acuerdo que en una partida de prueba sacamos una chistera y el Anfitrión la llevaba calada para poder ser identificado.
El hecho de hacer la primera baraja Alfa en cartulina nos ahorró un montón de trabajo y dinero, ya que los posibles cambios en el número de cartas de un tipo u otro eran fácilmente realizables.
Ponerles unas fundas era necesario para que no se ajasen con tanta partida de prueba, pero por contra, se pegaban entre si a menudo y antes de cada partida de testeo, procedíamos a revisarlas para que no faltase ninguna carta.
Las partidas de prueba ya eran otro cantar, y en otro post hablaremos más profundamente de ellas, como organizamos los grupos, las reacciones de los jugadores, los aportes al juego o los perfiles que barajamos para que nuestro juego creciese a la par que realizabamos partidas de prueba.
En la fabricación de material Alfa, o sea, en base de testeo, me gusta siempre tener un equilibrio entre lo barato y que sea medianamente atractivo para que no huyan tus amigos al ver la baraja de cartón que sacas de tu bolsillo cual trilero timancianas, teniendo en cuenta que pueda estar sujeta a cambios para añadir cartas o reglas. Un buen espacio en blanco en las cartas puede ser de gran ayuda para notas o aclaraciones.
Tener un manual de anotaciones o una libreta es vital para ir actualizando los cambios o posibles ideas que puedan ayudar al juego a medida que se prueba.
Lo más importante es que el juego sea fluido y se tienda a la simplicidad, en nuestras primeras versiones del juego, éste tenía alguna regla que sobraba o hacía más complejo el juego sin necesidad, sin que aportase más estrategia ni diversión, suprimir y cambiar estos obstáculos fue necesario para avanzar en el proceso de creación.
Pero no entraré en más detalles, esto lo dejo para otro día. Os dejo con unas imágenes de cómo era nuestra primera baraja del juego, más que nada para que veáis que es importante la idea y sistema de juego pero que es más importante pulir a conciencia ese sistema ya sea en papel o en la cabeza, pero también con gente real, con barajas de cartulina o pipas y garbanzos, pero con mucha paciencia y tesón.
¡Ánimo con esas ideas!